CUANDO ELLAS DICEN NO

Pues eso…no le des más vueltas, es que no.

Si antaño era difícil tratar de averiguar el porqué de ese no, hoy es imposible. Pero ponte en lo peor, puede que te hayan sustituido. Hoy hay exceso de oferta –dicen-, es muy fácil ligar porque hay más medios para ello. Empezando por este en el que nos encontramos.


Y como ya no creemos en amores a largo plazo ni mucho menos consistentes, pues eso, que las mujeres ya actúan como nosotros y se buscan otro a la primera de cambio, sin tener en cuenta clase ni condición. También puede ocurrir que la hayamos defraudado y ya no le vas, ¿quién puede ahondar en el alma femenina?

Creo de todas formas que las tenemos mitificadas, atentos a sus gustos y gestos. Pero ahora parece que lo que se ha impuesto es hacerse el fuerte con ellas y además les gusta. ¿Mano dura?, ¡cuidado!, ya existe hasta el maltrato psicológico. Entonces a ver, ¿cómo se mete mano al meollo del asunto?

Por más tratados, estudios, compendios, análisis, cursos que hagas, no servirán.A Tales, Bías, Pitaco –y otros cuatro sabios de Grecia-, les quitarían el título si tuvieran hoy que definir a la mujer.

Primero tendremos que definirnos nosotros, averiguar a qué genotipo pertenecemos, machotes o blanditos, conservadores o play girls –admitidme el juego de palabras- arrojados o cortitos y en base a eso tratar de contactar con una homónima. Esto suele ser el primer fallo: la elección. Parece que optamos por lo que no debemos y así nos va. Pero nos gusta lo imposible, yo mismo estoy perdidamente enamorado de Helen Mirren, tan mayorcita ella pero “vaya caché”. Pero me atengo a la frase del sabio Quilón “no desees lo imposible”.

Como todos, he tenido mis desencuentros amorosos claro, alguna me dijo NO y a lamerme las heridas, pero no morí de amor, ni siquiera de asco como tantos. Después debí de vacunarme, hasta ahora, que ya no tengo esos acaloramientos, en todo caso alguna fijación menor.

¿Qué saqué de conclusión de aquellos rotos sentimentales?, pues lo dicho: mala elección. Mujeres inadecuadas para mí, sobre todo por edad porque siempre me gustaron –hasta los veintimuchos- mujeres que prácticamente me doblaban la edad. Y aunque el vampirismo existe en ambos sexos –la fijación por jovencitos- no siempre di con mujeres con ese deseo, que no deja de ser una desviación.

¿Pero… y cuando el hombre dice no? –buscaremos con un candil a ese hombre-. Esto es rarísimo, el hombre siempre ávido de sexo hace a casi todo, es por ello que la mujer anda tan sobrada y la vuelve inaccesible, con lo que volvemos al principio: cuando la mujer dice no pues eso, lo de la imagen de arriba.

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Rafael Jiménez